miércoles, 28 de febrero de 2024

City Lights (1941)

Director: Charles Chaplin 
País: Estados Unidos 

Desde su creación, el cine se ha contado con imágenes, sin importar cual sea la calidad de éstas, en ese mismo renglón, en un principio tampoco importaba la parafernalia estética (salvo para contados directores), y el aspecto monocromático no daba cabida al argumento de "la gran paleta de colores" (algo que aficionados y críticos no se cansan de repetir actualmente) para medir el calibre narrativo de una cinta.

Es por esto que el cine de Chaplin es eterno, porque en mi opinión no se basa unicamente en despliegues técnicos y mucho menos en diálogos, sino en el mero sentimiento de la actuación. Este sentimiento es capaz de volver un simple fotograma en una expresión que traspasa el tiempo y el alma desde mi punto de vista.

En City Lights, Chaplin hace uso de una gran cantidad de "colores" (en sentido figurado claro está) texturas y tonalidades, ya sea en su rol de director, escritor, músico o actor; esto es simplemente inverosímil y de un virtuosismo poco visto en la historia del cine. Además, la plasticidad con la que Chaplin actúa es monstruosa, no solo por el control de su cuerpo sino también por el control de sus gestos y la capacidad de actuar con los ojos. Es por esto que City Ligths es una de las obras maestras que eleva el cine más allá del siemple entretenimiento. 

En cuanto a la dirección, me quedo con las secuencias en el ring de box, fundamentalmente hechas a  tomas largas y estáticas, siguiendo a cada momento la divertidísima coreografia de la pelea, algo realmente memorable. También, la escena de Chaplin con las flores y con la chica ciega en la calle, sumado a la música que siempre le imprime dinamismo y un excelente ritmo a la historia. La fotografía,  por su parte, también desprende bellas escenas en estilo chiaroscuro, por ejemplo, en la escena del muelle o cuando los policías lo persiguen en la mansión.

Quiero mencionar también, que el final de la película es apabullante, y las palabras no alcanzan para describir lo que el plano y el contra-plano finales hacen sentir, porque hay imágenes que no pueden ser traducidas al lenguaje escrito y esta película está llena de sentimientos que solo el cine es capaz de transmitir sin palabras de por medio. 

 


miércoles, 21 de febrero de 2024

Harakiri (1962)

Director: Masaki Kobayashi
País: Japón

Ciertamente esta absoluta obra maestra de Kobayashi no solamente ilustra el ritual suicida samurai del Harakiri sino también ahonda en la condición humana y los conflictos que aquejan al hombre y a la sociedad desde tiempos inmemoriales tales como la guerra, la ambición, la pobreza, la soledad, la enfermedad, la corrupción o la violencia.

Contada en dos tiempos, el ritmo de la película es alucinante, la voz solemne del actor Tatsuya Nakadai, quien interpreta al viejo espadachin Tsugumu Hanshirō, y sus ojos llenos de expresividad transmiten la desgracia de una familia empobrecida y condenada a la tragedia en un Japón feudal y en tiempos de paz.

Es por esta razón, que el joven samurai Chijiiwa Motome decide acudir a uno de los clanes para ejecutar el ritual del Harakiri y morir como un guerrero en lugar de vivir una vida miserable y deshonrada, sin embargo, el joven Chijiiwa pide de último momento dos días al clan para ejecutar el ritual pero estos lo rechazan obligándolo a morir.

Por otro lado, la fotografía en blanco y negro es impresionante tanto en exteriores como en interiores manejando las sombras, la luz artificial y la luz natural con maestría. La dirección de cámara de Kobayashi se mantiene clásica con tomas estaticas, paneos suaves, primeros planos siempre puntuales y zooms lentos, estos aspectos con la cámara contribuyen a la tensión que se mantiene a lo largo de la película sin que esta decaiga en algún momento.

Kobayashi no titubea en plasmar la injusticia de la vida, el fracaso, la desgracia y la muerte de forma cruda, sin artilugios ni envolturas de ningún tipo, además de mostrar violencia cuando es necesario, despojando así a los personajes de cualquier forma de esperanza y llevándolos a confrontar su suerte.

Al respecto, en Harakiri, los personajes están subordinados al destino puesto que un Samurai depende de la guerra pero al haber tiempos de paz este queda en manos de los señores feudales que no están dispuestos a emplearlos, es decir, los poderes facticos son la maquinaria detrás de la vida de las personas.

Igualmente, la historia está llena de paradojas y contradicciones por parte del clan, para ilustrar, al samurai Chijiiwa se le exige que cumpla con su palabra una vez que solicita el Harakiri pero estos están dispuestos a encubrir los hechos que se desencadenarán cuando el honor del clan y de sus espadachines se vea comprometido.

Así entonces, el samurai Chijiiwa que ha llevado a cabo el Harakiri con una espada de bambú y ha sido víctima de burlas por este hecho resulta tener más integridad que un clan corrompido por la mentira, estas verdades son expuestas por Hanshirō causando descontento lo que deriva en un duelo entre Hanshirō y los espadachines del clan. Imprescindible película del cine japonés y sin temor a equivocarme una de las más grandes películas del género de samurais.

"Es extraño como el mal persigue la
desgracia" - Tsugumu Hanshirō
 
 

 

The War Game (1966)

Director: Peter Watkins
País: Reino Unido

Documental producido por la BBC que recrea con mucha precisión los momentos previos y las consecuencias de un ataque nuclear de grandes proporciones sobre Inglaterra a manos de los soviéticos. Si bien se sabe de antemano que este trabajo es una dramatización de un ataque nuclear este no deja de ser impactante y aterrador no solamente por la potencia de una bomba termonuclear sino también por el hecho de que este tipo de catástrofe ya habia ocurrido en Hiroshima y Nagasaki y en menor medida, pero igualmente devastador, en los bombardeos de Dresden, Darmstadt y Hamburgo durante la segunda guerra mundial

Dichos bombardeos fueron la base para reconstruir y armar la hipótesis del ataque nuclear al Reino Unido. Además también se ha contado con información provista por un panel de expertos en defensa, estrategas, médicos y un biofísico que ciertamente han examinado las consecuencias del ataque en la sociedad británica de los años 60. 

Pero como ya se ha dicho, todo lo presentado en el documental se ha experimentado de primera mano por japoneses y alemanes y tomando en cuenta eso el documental resulta terrorífico, sobretodo cuando se ve el poder de destrucción de la bomba en los niños que nada tienen que ver con las decisiones políticas de las altas esferas en donde los grandes intereses económicos se ponen en juego. 

El director va intercalando habilmente la dramatización con entrevistas a personas de a pie a las que les pregunta acerca de las consecuencias que podrían tener algunos elementos radioactivos en las personas o que piensan acerca de los temas relacionados a la guerra. Mientras tanto se van mostrando las etapas por las que pasaría la Gran Bretaña, la evacuacion, la preparación ante el ataque y la parte más aterradora: el ataque y su poder destructivo.

Es aquí cuando se entiende el porqué fue un trabajo enlatado por la propia BBC ya que las imágenes del ataque son realmente perturbadoras y dado que tan solo unos años antes el mundo estaba al borde del abismo debido a la Crisis de los Misiles en Cuba (1962) y sumado a las heridas recientes del trauma dejado por el Blitzkrieg, la BCC decidió que no le causaría alguna gracia al publico ver el drama de una guerra nuclear. 

Es de destacar el trabajo de fotografía en un hermoso monocromático, el uso de la cámara en mano, planos secuencia y el truco de la luz en negativo para representar el impacto atómico el cuál es capaz de destruir el ojo humano debido al calor o de dejar ciego a cualquiera que esté expuesto al estallido (la luz de la bomba es más potente que la luz del sol mismo a mediodía) 

Y es precisamente por datos como estos que el documental se empieza a volver terrorífico y visceral mostrando el horror de las secuelas tanto físicas, morales y psicológicas entre los sobrevivientes. Ante tal escenario la pregunta es ¿Qué es mejor? ¿Morir en el ataque nuclear o sobrevivir y vivir un infierno en vida? 

Sin duda alguna, este documental es de una brutal crudeza pues también se muestra el caos y el vacío que queda en una sociedad prácticamente desarticulada en todas sus fibras por el ataque nuclear, sin raciones de comida, sin medicinas suficientes, sin un lugar donde dormir y con el trauma psico-emocional encima el caos es la única salida. Para finalizar, los ingleses tratan el tema con seriedad y le dan el respeto que se merece, dejando de lado cualquier aproximación grandilocuente, victimista o heroica y utilizan las conclusiones del documental para advertir que la potencia destructiva de las bombas ha aumentado al igual que los poseedores de estas.