Un
grupo de delincuentes, liderado por "El Profesor", planea un asalto al
Banco del Plata, sin embargo, para ejecutarlo deberán tomar otros
riesgos y hacer ciertos "sacrificios".
Filme argentino del género
de robos y atracos basado en la novela de Enrique Silberstein, con
guion de Ariel Cortazzo y dirección de Kurt Land, un austriaco
avecindado en Argentina. Rodado de forma clásica y con personajes
dignos de este tipo de cine, es decir, los clásicos ladrones de poca monta y con
rostros de perdedores (como los asaltantes perdedores en The Killing de Stanley Kubric) Los escenarios donde se desarrolla la acción son
también familiares al cine de delincuentes: billares, cafés o salones
de la vida nocturna.
Por otro lado, este grupo de ladrones,
aunque simpáticos y vestidos de traje y corbata, siempre dejan entrever
su lado frio y calculador (como individuos anti-sociales), en ese
aspecto, siempre se muestran como desadaptados sociales (con aversión al
trabajo y a las reglas que hay que cumplir como consecuencia de ello) y
prestos a usar la violencia.También, la historia tiene tintes
de cine negro con las voces en "off", aunque los chispazos de humor
bufonesco le quitan un poco de tensión a la trama, más allá de que
generan conflicto en la historia, por ejemplo, el policía parlanchín que
se queja de su miserable vida.
El director por su parte, ejecuta
de gran forma toda la planeación al robo, dándole dinamismo al usar a
todos los personajes (sin centrarse en uno solo) y como no podría ser de
otra forma, dotándola de un giro inesperado al final. Filme de
gran factura, sin subtramas largas ni denuncias sociales o
cuestionamientos filosóficos, a pesar de dejar entrever que "el mundo es
para los jóvenes", y tampoco sin pretensiones de querer ser la gran
pelicula de robos. Lo que se ve en pantalla es lo que ocurre.