Un grupo de rufianes de los arrabales de
Madrid, los cuales se dedican a robar para ganarse el pan, decide
ayudar a Juan, un miembro del grupo que sueña con ser torero, por lo que
comienzan una serie de golpes para juntar las 20,000 pesetas que son
necesarias para que Juan entre al ruedo, sin embargo, las cosas no salen
como ellos lo esperaban.
En este filme debut del grandioso
Carlos Saura, se comienzan a ver los elementos que tiempo después en
España, definirían al llamado cine "quinqui", es decir, al cine de
delincuentes juveniles que viven en las zonas periféricas y marginales
de las grandes ciudades de España. Estos elementos son acompañados por
la guitarra flamenca, el argot callejero o el ambiente de barrio sucio
de la época, además de secuencias de robos, peleas o persecusiones, por
mencionar algunas.
El filme rodado con actores no profesionales,
tiene claramente, y como es de esperarse, una fuerte influencia del
neorrealismo italiano y retrata perfectamente a la España oculta de
Francisco Franco: un país desorganizado, pobre, iletrado y con una falta
de oportunidades apabullantes (en el filme se menciona ir a "hacer la
América" para subrayar esto)
Precisamente en esta España, el ser
torero era la oportunidad de salir de la miseria, como en Brasil lo era
ser futbolista o en México ser boxeador, esta temática ya se había visto
en películas como "Il momento della veritá" de Francesco Rosi, aunque
Saura aborda el tema desde un punto de vista más crudo y también menos
estético desde mi punto de vista.
La cinta tiene muy buenos
momentos, y las secuencias de robos me hicieron recordar por momentos
algunas secuencias de "Pickpocket" aunque claro, sin llegar a la finura
de Bresson. Saura monta muy bien todo y le da un toque de suspenso a los
momentos claves del filme, rematando además la trama con un final
brutal donde el futuro para esta pandilla de ladrones no pinta nada
bien.
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