Director: Jacques Torneaur
País: Estados Unidos
<Cualquier similitud con vivos, muertos o "poseídos" es mera coincidencia> se lee en los créditos iniciales de este filme de la famosa RKO, a modo de "broma".
Betsy
Connell, una enfermera canadiense, es contratada para cuidar a una
paciente en una isla del Caribe, sin embargo, se verá envuelta en un
romance turbulento y en un dilema profesional y religioso.
Una verdadera obra maestra del cine de terror, una genialidad que eleva el cine a la categoría de arte y una muestra de que para hacer una obra trascendental, y artística, no se requieren, necesariamente, de grandes cantidades de dinero, locaciones, efectos especiales o estrellas de cine, pero si de un autor con visión clara, creatividad y la capacidad de organizar, articular y contar una historia de forma elocuente.
Torneaur, además, lo logra con el presupuesto destinado a un filme de "serie B", y a pesar de esto, la película tiene un tonelaje y profundidad que ni de cerca tienen todas las películas de los "Monstruos de Universal" las cuales carecen de substancia y por momentos caen en lo "chusco".
Una verdadera obra maestra del cine de terror, una genialidad que eleva el cine a la categoría de arte y una muestra de que para hacer una obra trascendental, y artística, no se requieren, necesariamente, de grandes cantidades de dinero, locaciones, efectos especiales o estrellas de cine, pero si de un autor con visión clara, creatividad y la capacidad de organizar, articular y contar una historia de forma elocuente.
Torneaur, además, lo logra con el presupuesto destinado a un filme de "serie B", y a pesar de esto, la película tiene un tonelaje y profundidad que ni de cerca tienen todas las películas de los "Monstruos de Universal" las cuales carecen de substancia y por momentos caen en lo "chusco".
Por el contrario, aquí se aborda el tema del zombie, o de los muertos vivientes, desde el ángulo
del vudú, el culto a la muerte, y las creencias espirituales
predominantes entre los habitantes de las islas caribeñas. Por otro
lado, Tourneaur también toca el tema del colonialismo británico, las
diferencias lingüísticas y de clase entre colonos europeos y negros, la explotación
económica y, desde mi punto de vista, la imposición de los conceptos
judeocristianos traídos por los europeos a América.
Apoyándose siempre en las luces y en las sombras, en el viento y en una narrativa que por momentos es onírica y hasta surrealista, lo cual ayuda a crear una atmósfera de terror, la película va articulando el misterio del triángulo amoroso entre los hermanos y la ahora "muerta viviente" y al mismo tiempo explorando el terreno religioso que atañe a la figura del "zombie".
Por otro lado, la poética de las imágenes se sostiene en el expresionismo alemán, imágenes que nos recuerdan a Murnau o a Dreyer, aunque con una voz y potencia propias. En este sentido, el filme de Torneaur ha influenciado a cineastas contemporáneos, el más claro ejemplo siendo el portugués Pedro Costa con su "Cavalo Dinheiro" o "Vitalina Varela", las cuales, sin ser una calca, evocan el terror, el misterio y la atmósfera onírica del filme de Torneaur y a personajes que deambulan entre la vida y la muerte.
Al respecto, imágenes como la de Jessica vestida de blanco y bajando las escaleras, la de Carrefour apareciendo en primer plano o el ritual vudú con el baile y la muñeca, resultan realmente estremecedoras y alejadas de cualquier artilugio o parafernalia visual, dependiendo únicamente de los sonidos y del mero ritual, en el caso de la escena del vudú, para proyectar con potencia la esencia de la hechicería.
También, el filme nos muestra el folklore de los nativos de esta isla caribeña (presuponiendo que se trata de Haití) con música a base de percusiones y de guitarra criolla, esta última utilizada con maestría, cual "número musical", en donde se desenmaraña la turbulenta situación de los hermanos y la mujer ahora en estado "zombie".
Además, el tema de la muerte asistida y el dilema moral y ético que esto representa para el cuerpo médico, es algo realmente vanguardista para la época y que incluso hoy en día sigue causando escozor en ciertos sectores de la sociedad y la medicina. Es por estas razones que la obra de Torneaur se desmarca absolutamente de los zombies de Romero, Fulci, Plaza, Danny Boyle o de la hiperpopular "The Walking Dead", todas ellas con el gore como parte de su sistema nervioso central.
Apoyándose siempre en las luces y en las sombras, en el viento y en una narrativa que por momentos es onírica y hasta surrealista, lo cual ayuda a crear una atmósfera de terror, la película va articulando el misterio del triángulo amoroso entre los hermanos y la ahora "muerta viviente" y al mismo tiempo explorando el terreno religioso que atañe a la figura del "zombie".
Por otro lado, la poética de las imágenes se sostiene en el expresionismo alemán, imágenes que nos recuerdan a Murnau o a Dreyer, aunque con una voz y potencia propias. En este sentido, el filme de Torneaur ha influenciado a cineastas contemporáneos, el más claro ejemplo siendo el portugués Pedro Costa con su "Cavalo Dinheiro" o "Vitalina Varela", las cuales, sin ser una calca, evocan el terror, el misterio y la atmósfera onírica del filme de Torneaur y a personajes que deambulan entre la vida y la muerte.
Al respecto, imágenes como la de Jessica vestida de blanco y bajando las escaleras, la de Carrefour apareciendo en primer plano o el ritual vudú con el baile y la muñeca, resultan realmente estremecedoras y alejadas de cualquier artilugio o parafernalia visual, dependiendo únicamente de los sonidos y del mero ritual, en el caso de la escena del vudú, para proyectar con potencia la esencia de la hechicería.
También, el filme nos muestra el folklore de los nativos de esta isla caribeña (presuponiendo que se trata de Haití) con música a base de percusiones y de guitarra criolla, esta última utilizada con maestría, cual "número musical", en donde se desenmaraña la turbulenta situación de los hermanos y la mujer ahora en estado "zombie".
Además, el tema de la muerte asistida y el dilema moral y ético que esto representa para el cuerpo médico, es algo realmente vanguardista para la época y que incluso hoy en día sigue causando escozor en ciertos sectores de la sociedad y la medicina. Es por estas razones que la obra de Torneaur se desmarca absolutamente de los zombies de Romero, Fulci, Plaza, Danny Boyle o de la hiperpopular "The Walking Dead", todas ellas con el gore como parte de su sistema nervioso central.
Resumiendo,
este filme "artesanal" de un maestro del cine como Tourneaur ha
traspasado y resistido el tiempo como pocas, una capacidad reservada solo para las
grandes obras de arte y se planta firme a pesar de las tendencias y el
festín de hemoglobina que predomina en el cine y TV, especialmente en el género "zombie".